El Hombre de la Bolsa

Capitulo III

Sexo corto con Sabor

Es un domingo gris y muy fresco, en el aire sobrevuela un amenazante tufillo a tormenta eléctrica, son las 3pm aunque parece la hora de la cena.

En su cuarto, Micosa y Beatriz están acostados, él lee un modernoso libro de Sigmun Bauman mientras que ella mira sex and the city con la portátil en el pecho y los auriculares hacen una habitación fría que solo esta invadida por ruidos externos que soslayan una eventual tormenta.

Beatriz se aburre un poco, deja la portátil a un lado y se recuesta sobre el pecho de Micosa, el la acoge ni muy tierno ni muy arisco aunque nunca saca la vista del libro. Ella lo conoció así, nunca fue demostrativo, solo cuando en las conversaciones se interpone la ideología o la filosofía que son los tópicos que le hacen hervir la sangre. Micosa es un peronista de Perón, se cree un soldado del GOU.

Una noche, hace unos años, Beatriz organizo una cena en su casa con un matrimonio compañeros de trabajo de ella, Micosa cocino, el matrimonio trajo un par de ricos vinos, Natito se instalo en su habitación y todo parecía una velada muy agradable hasta que al señor de la pareja amiga se le ocurrió hacer un chiste tratando a "Evita" de prostituta...

Señor:

Evita no fue una Coca Sarli a encubierta?...(risas)

Beatriz sonrió de compromiso ya sabiendo lo que podía pasar, por debajo de la mesa le agarro la mano a Micosa tratando de contenerlo pero la carcajada del señor fue tan jocosa que Micosa se paro, le dio un revés a la copa tinéndole de bordo la camisa al señor...

Micosa:

Se van de mi casa, gorila ignorante influenciado por la cultura de la televisión e internet basura... y vos Beatriz no volves a trabajar con estos cerebros vacíos... no vacíos... llenos de la peor mierda que reina en este pobre país... 

Beatriz sabia que luego del chiste fuera de lugar de su compañero de trabajo vendría esta reacción que sería imposible de volver a la normalidad.

El hombre para no perder su impronta masculina respondió las agresiones de Micosa invitándolo a pelear, sin q esto prospere, se fue el matrimonio sin haber llegado a la mitad de la cena y con una imagen impeorable del marido de Beatriz.

Beatriz haciéndole mimos logra que Micosa ponga atención en lo que esta por venir. Ella baja y muy suavemente se mete su aparato en la boca, sabe que le gusta el sexo oral largo, con exceso de baba y sin apuros.

Micosa no se destaca en ningún campo del sexo, sus performances son mediocres no por tener un aparato pequeño, todo lo contrario, Micosa  podría ostentar veintidós centímetros por seis centímetros de diámetro de órgano sexual lo que lo convierte en un dotado, pero él solo concibe el sexo para la procreación y una que otra vez como actividad recreativa, no por católico, si no que prefiere invertir su tiempo y energía en otro tipo de actividades como dar clases o en tiempos de desocupación sacarle el jugo al taller de invenciones que puso en su garage.

Llega el momento en el que Beatriz va a ser penetrada, es el momento mas feliz de ella en la pareja, no va a durar mucho la relación sexual pero el órgano de Micosa va a entrar en ella arrasando con todas las mejores sensaciones que puede tener, va a llegar hasta el fondo dejándola en un estado de somnolencia que en el cuatro bombazos le va a dejar impermeable todo el conducto vaginal con su esperma dejándola tremendamente satisfecha mientras que él va a necesitar un par de horas de reposo para reponerse...

Continuará...