Segunda Temporada.
Churrasco Mariposa
Beto tiene al pequeño fetito en sus brazos, es un fiel reflejo suyo, tiene la cara arrugada con manchas de caca, mucho pelo apelmazado y no parece molestarle estar bañado en caca con sangre ya que Beto lo tiene en sus brazos desnudo y lo normal es que un niño recién salido del vientre materno llore, grite y dé un montón de señales inexplicables que los padres creen entender pero rara vez atinan con el diagnostico.
Beto ve que la gran bestia gorda inmunda que parió su semejanza esta tirada en el piso amamantando a los mismos cachorros, lo curioso es que sigue con una panza que parece un helado derretido esparcido por el suelo. Beto se recuesta junto a la panza de la ballena con su Betito de caca en brazos y siente que algo sigue ahí dentro, acerca su oreja al ombligo de la prodigia mamá y escucha ruidos que le provocan un estado hormonal muy fuerte.
El vientre de esta madre naturaleza es arrugado, sus órganos están cansados, es un medio muy hostil en el que deben vivir y hacer vivir a su portadora. Cada órgano esta donde debe pero el medio que los rodea es muy seco, es como una garganta de domingo fumando un cigarro en ayunas, aspera y pidiendo piedad.
Beto no saca su oreja de ese ombligo peludo, escucha el crujir de esas tripas, trata de mirar por el ombligo como si fuera una cerradura y lo ve, ve un pequeño Betito encerrado en una placenta gomosa y babosa, tratando de escaparse de ella, esta atrapado en una placenta que no lo deja salir, los órganos de esta madre no aportan ningún movimiento que lo ayude, se lo ve como una ratita arañando las paredes resbalosas de ese globo parecido a un preservativo de látex tratando de escapar, Beto ve que se ahoga en su propio liquido y desespera, la vieja no da signos vitales casi, Beto vuelve a mirar y la desesperación del fetito por escapar es asfixiante. Beto sale corriendo a la cocina, encuentra un cuchillo y de un solo movimiento le hace una cesárea que abarca desde el comienzo de la concha peluda guardiana de hongos hasta la garganta, la convirtió en un churrasco mariposa. En medio de ese desparramo de sangre, carne y olores insoportables encuentra la placenta partida al medio igual que el fetito, Beto cae sobre la panza partida al medio desconsolado.
Continuará...
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